22 febrero 2008

EEUU conocía el secuestro de izquierdistas en Lima, pero no urgió su liberación



Fuente: EFE

Estados Unidos sabía que fuerzas argentinas y peruanas colaboraron en el secuestro de cuatro presuntos guerrilleros montoneros en Lima en 1980, pero no presionó para su liberación, según se supo hoy.

Documentos desclasificados dan detalles de la cooperación entre los gobiernos represivos latinoamericanos para secuestrar, transportar y torturar a supuestos izquierdistas, como parte de la llamada Operación Cóndor.

En ellos, la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y el Departamento de Estado establecen que Perú formaba parte de ese plan para perseguir a los enemigos comunes, reales o imaginarios, fuera de sus fronteras.En cambio, el ex general peruano Francisco Morales Bermúdez, el dictador que gobernó de 1975 a 1980, dijo en diciembre que Perú 'nunca, ni como país ni como Gobierno, formó parte del Plan Cóndor'.

Una de las últimas acciones de esa operación fue la desaparición en una plaza de Lima en junio en 1980 de los cuatro montoneros, que se filtró a la prensa toda vez que ellos tenían un código para informar en el caso de que fueran secuestrados.

Entonces hubo negaciones oficiales públicas, pero Estados Unidos sabía claramente lo que pasó y cuál era el destino que las fuerzas argentinas tenían reservado para los detenidos.'La situación actual es que cuatro argentinos serán encarcelados en Perú, después expulsados a Bolivia y de ahí expulsados a Argentina', escribió el agente estadounidense James Blystone al embajador de su país en Lima, Raúl H. Castro, que pasó la información a sus superiores en Washington.'Serán interrogados y posteriormente se les hará desaparecer de forma permanente', añadió.Su fuente era un miembro de los servicios de inteligencia de Argentina, con el que se reunió cuatro días después del secuestro.

Los argentinos aún estaban vivos y Castro preguntó un mes después a los militares argentinos sobre su paradero.No obstante, 'Estados Unidos no tomó medidas' para obligar a que fueran liberados o hizo público lo que sabía 'sobre un crimen internacional', según Peter Kornbluh, del Archivo Nacional de Seguridad, la organización no gubernamental que divulgó hoy los documentos desclasificados.

En una entrevista con el diario The New York Times, que publicó hoy un artículo sobre el caso, Blystone se quejó de la actitud de sus superiores. 'Recogí toda esa información y la transmití, y podríamos haber hecho algo ..., pero no lo hicimos', dijo.Esa fue la sentencia de muerte para los argentinos. De tres de ellos nunca más se supo y la cuarta, Esther Gianetti de Molfino, apareció muerta dos meses después en un apartamento de Madrid, en España.

Colocaron allí su cuerpo agentes argentinos para que pareciera que los montoneros no habían sido apresados en Lima, según el Archivo de Seguridad Nacional.Pero no hay duda de que fue así, de acuerdo con los documentos. Tres de ellos fueron secuestrados en la operación en el parque de Lima, realizada por agentes de Perú y el temido batallón 601 de la policía militar argentina.Uno de los izquierdistas fue capturado en Buenos Aires y utilizado posteriormente como señuelo, al ser llevado al encuentro con sus compañeros para que los delatara.

Una investigación de la justicia italiana ha atraído nueva atención a ese caso y a la Operación Cóndor en general.En diciembre un juez emitió órdenes de arresto contra 140 ex dictadores, es ministros y ex espías y policías de Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Perú, Brasil y Paraguay, entre ellos Morales Bermúdez.El magistrado investiga su responsabilidad en la desaparición de 25 ciudadanos italianos en esa época.

Pese a la afirmación de Morales Bermúdez de que su país no participó en el Plan, un informe secreto de la CIA de 1978 divulgado hoy afirma que 'Perú y Ecuador recientemente se han incorporado como miembros' de la operación, en la que ya formaban parte todos sus vecinos del sur.Para Kornbluh, una de las lecciones del caso del secuestro en Lima es que 'casi 30 años después del asesinato se intenta hacer justicia por acciones muy similares a los mecanismos de la guerra contra el terrorismo emprendida por Estados Unidos'.

Se sabe que la CIA ha secuestrado a presuntos terroristas en el extranjero, los ha transportado y encarcelado en secreto y sometido a abusos que la gran mayoría de los juristas considera tortura.'Si yo fuera George W. Bush me daría por aludido', añadió Kornbluh.

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