17 febrero 2008

3ra Parte// Carlos Ilich Ramirez Sanchez "El Chacal": "Cómo y por qué retuve los ministros de la OPEP"

Me entrevisté con los once ministros presentes, los del Qatar y de los Emiratos Árabes Unidos habían quitado el país el día anterior, ante el bloqueo saudí. Durante mis dos conversaciones en la oficina del secretario general, con el ministro saudí, jeque Áhmed Zaki YAMANI, lo interrogué sobre cuestiones que nos interesaban, habló mucho, diciendo lo menos posible, incluso tratando de comprarme sutilmente...A Táyeh Ábdel-Karím, del Irak, le informo que nuestro jefe es su amigo Abu Hani. El ministro nigeriano, médico de profesión, ausculta a Klein y prescribe su inmediata hospitalización, por causa de grave hemorragia interna. El ministro argelino, Belaïd Abdessalám, ayudará a Klein a bajar hasta la planta baja, y establecerá el primer contacto político con el gobierno austriaco, antes de regresar a la sala de conferencias. El kuweití, feliz, por ser considerado como revolucionario, siendo un chiíta de orígen persa.
Con los ministros indonesio y ecuatoriano, dos generales anti-comunistas y putschistas, los intercambios fueron cordiales, sin ser calurosos. El muy simpático ministro gabonés es muy pro-palestino, y me hace una invitación a su país en nombre del presidente Bongo, quien estaba en “luna de miel” con Kadaffi.
Mis momentos de reposo, los pasaba sentado con los tres venezolanos, mortificados con la espera, temerosos de que las cosas pasarán mal.
Los muy jóvenes delegados del Qatar y de los Emiratos, estaban completamente perdidos sin sus ministros. Llamé de último a Jamshid AMUZEGAR, Ministro iraní del Interior y “Negociador Principal ante la OPEP”, pálido de terror y mudo desde el primer momento, paralizado en su silla. Lo veo caminar hacia la mesita que yo había colocado con 2 sillas haciéndose frente, cerca de Yússef; viene con el aire de quien va a ser guillotinado, de quien monta al cadalso, le tiendo la mano y me la agarra entre las suyas y trata de besármela, sorprendido, le retiro mi mano y le ordeno regresar a su asiento, esta bochornosa escena sin que él emitiese el menor sonido... fue el único en mostrar falta de dignidad, sin duda aterrorizado por su pasado criminal de director de la SAVAK (policía secreta) y hombre de confianza del Shah Reza Pahlawi; se sabía condenado!
El canciller Kreisky nos exige una carta manuscrita de cada jefe de delegación para autorizar su salida voluntaria del país con nosotros...Todos los ministros se fajan a escribir en sus lenguas propias, excepto los delegados emiratíes y qatariotas, arabófonos, y completamente perdidos; les hizo falta un un vigoroso regaño del Jeque Yamani, enviado por mí, para que escribieran lo que les dictó en árabe.Luego de leerlas, para controlar si cumplían las exigencias del canciller Kreisky, remitimos las 13 cartas a Riádh Al-Azzawi, quien acompañado de El-Ghadamsi se las llevó al canciller. Autorizamos a los delegados a escribir a sus gobiernos y a sus familias, sin censura, en sobres cerrados.
Discutí en la calle dos veces con el ministro austriaco del Interior, sobre las modalidades de nuestra salida del edificio, y luego del país. La tercera vez hablamos frente a la pasarela trasera del DC 9 de Austrian Airways, único modelo de avión que tenían, de mediana autonomía de vuelo.
El 22 de Diciembre a las 7 A. M. tomamos un pequeño autobús con cortinas en las ventanas, hacia el aeropuerto internacional (que yo ya conocía), dejando en la sala de conferencias a los empleados locales, a un policía en civil, y a los funcionarios de la OPEP de todas las nacionalidades, probando así que nuestra operación no estaba dirigida contra la OPEP, ni contra Austria, país amigo de la causa palestina, y reafirmando el Estatuto de Extraterritorialidad de esta Organización del Tercer Mundo. Liberamos a varios delegados de países neutrales a la puerta del autobús, para reducir el número de pasajeros.
El avión, con dos pilotos austriacos, valientes voluntarios, nos esperaba listo a despegar; a bordo se hallaba Klein en una camilla con máscara de oxígeno y transfusión sanguínea, asistido por un heroico exiliado kurdo del Irak, el doctor Rawenduzy quien lo acompañó hasta Argel, nuestra primera escala, donde Klein desembarcará en estado comatoso, pues el presidente Houari Boumedienne nos había ofrecido asilo político, y su ministro de Relaciones Exteriores Abdel Aziz Bouteflika jugó un papel determinante ante el canciller Kreisky para facilitar una solución pacífica.
Los tres protagonistas principales (Libia, FPLP, y AL-FATEH) habían decidido la ejecución del Ministro saudí, Jeque Áhmed Zaki YAMANI, por razones diferentes, las cuales se entrecruzaban de manera contradictoria:Por haber presentado Yásser Arafat al Rey Féisal Ibn Ábdel Aziz Al Sáud, lo cual permite a EL-FATEH, dopado con petro-dólares saudíes, de hacer bascular a la OLP hacia el campo anti-ÁBDEL-NÁSSER. Por haber acompañado al Príncipe Féisal AL-CHAMMARI hasta la puerta de la oficina del Rey, donde prestamente asesinó a su tío, el Rey Féisal. Por haber invertido la política anti-sionista del Reino, tras el asesinato del Rey Féisal, inventor del arma del petróleo. Por haberse puesto al servicio de príncipes saudíes infeudados a los Estados Unidos, y como advertencia para ellos.Kamal pensaba que deberíamos demandar un fuerte rescate, pero Abu Hani, sabiamente nos explica que debemos rechazar toda oferta financiera DURANTE la operación, para no ponerla en peligro; los Estados concernidos pagarían DESPUÉS, y así fue...
No acepté los 50 millones de dólares ofrecidos por el Príncipe heredero saudí (futuro Rey FAHD), y por KHALATBARI, Ministro iraní de relaciones exteriores, quien había tenido que reemplazar en el teléfono al Primer Ministro Abbas Amir HOVEIDA, convocado de repente ante el Shah; querían salvar la vida de sus respectivos ministros.
El príncipe Fahd pagó 50 millones de Dólares (avanzando los 25 millones del Irán), pero esta suma nunca llegó a los cofres dela Resistencia Palestina, y todos aquellos quienes a mi conocimiento trataron de recuperar ese dinero, han sido asesinados. El Shah rehuzó pagarle al Príncipe Fadh, su parte de 25 millones de dólares; avaricia de Estado.Al yo decubrir en Viena que Jamshid AMUZEGAR encabezaría la delegación iraní, decidí ipso-facto su ejecución sumaria, secundado en esto por Wilfried y Anís.
Luego de desembarcar a Klein y al doctor Rawenduzy, me reuní en el terminal de honor del aeropuerto de Dar El-Beida, con los N° 2, 3, y 4 del consejo de la revolución, Ábdel Aziz Bouteflika, el coronel Áhmed DRÁIA (director de la seguridad general), y el coronel Mohámmed Benáhmed ÁBDELGHANI (ministro del Interior), luego liberamos a las delegaciones neutrales, a la argelina, y a un saudí muy obeso. En esa época el grado de coronel era el más elevado en la jerarquía militar argelina.
Nuestra operación debería durar de 7 a 10 días, hasta que terminase la reunión extraordinaria de los países miembros de la Liga Árabe, en El Cairo, para denunciar los “ACUERDOS del Km 101 del Sinaí”, entre Egipto e Israel, los cuales habían abierto el camino de la traición. Mientras tanto, “saltaríamos” entre aeropuertos “amigos” con el Boeing 707 saudí (de más gran autonomía de vuelo que “nuestro” DC 9) que debíamos abordar en Trípoli. A cada escala íbamos a liberar delegados, luego de la radiodifusión de largo comunicado de Kamal, bajo el nombre del “BRAZO de la REVOLUCIÓN ÁRABE”, que había dado Abu Hani a nuestra estructura operativa puntual.
Anís se encargaría de las “negociaciones” en los aeropuertos árabes, y me hubiera reemplazado si hubiese caído durante el asalto a la sede de la OPEP, pero es hacia su desenlace en el Cairo, cuando el rol de Anís debería ser fundamental. Luego de la ejecución de Amuzegar y de Yamani, íbamos a refugiarnos en un país amigo (no nos faltaban opciones), donde liberaríamos los últimos delegados, incluyendo iraníes y saudíes.Al llegar a Trípoli, el Primer Ministro libio, Mayor Àbdel Salám JALLOUD, apenas despertado, monta solo en el avión en cuanto abrimos la puerta, y se comporta como si nada supiese (en realidad nada sabía, ni siquiera quién era yo), lo regaño como después de que terminase de saludar a los ministros, y luego de liberar al ministro libio y al argelino (este había rehuzado de quedarse en Argel con los otros miembros de su delegación), lo envío a tierra con Anís para que aclarase la situación.
Anís se reúne en el terminal con el coronel Abu Bakr Yunes Jáber, y como tarda en regresar (el coronel Kadaffi había desaparecido en el desierto libio), desciendo yo también al terminal, y constato que los libios son poco cooperativos. Anís es informado de mi presencia y regresa a verme; me dice que las cosas van mal y regresamsos al avión. De repente comienzan a insultarnos por radio-teléfono desde la torre de control, y nos intiman a dejar su país.No teniendo a bordo el programa informático para poder hacer escala en Tobruk y llegar hasta Bagdad sin más escalas, nos vimos obligados a tomar la ruta de regreso, para esperar en el aeropuerto tunecino de Cartago, al Boeing 707 de la Arabia Saudí. En vista de la pista iluminada de Cartago, cortan la iluminación y la electricidad de toda la región; esto nos fuerza a continuar la ruta hasta Argel.
Vencidos por la fatiga (3 días y 3 noches sin dormir), se desmoronan nuestros planes originales, cuando los argelinos nos rehúzan el asilo político, si ejecutamos a los dos condenados en su propio territorio.
Tras conferencias con mis camaradas, les dicté a AMUZEGAR y YAMANI sus condenas a muerte en presencia de los delegados presentes, y continúo suspendiendo la condena en nombre de la generosidad de los pueblos árabes...!
Nuestros dos pilotos, muy cansados ya no podían seguir volando y nosotros habíamos sobrepasado los límites físicos y en varios casos, psíquicos. Se perfilaba una tragedia inminente. Era el fin. Dejamos a bordo a nuestros “invitados” y en el terminal de honor entregamos marcialmente nuestras armas al Ministro del Interior, quien prestamente me remete mi pistola en la cintura.Obtuvimos excelentes resultados políticos y financieros para toda la resistencia palestina, domando la arrogancia de los déspotas durante 5 años.
Hago mía la frase titular de William Shakespeare: “All’s well, that ends well” “Todo está bien, si termina bien” ¡ALLAH ÁKBAR! (¡Dios es el más grande!)
Ilich Ramírez "Carlos"La Santé, 21 de Diciembre 2005

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